Prestidigitadores de la enseñanza

Nadie dijo que ser profesor fuese fácil y más en la incierta situación que estamos viviendo; en estos tiempos, en los que todo el mundo es político/epidemiólogo, en los que tenemos por costumbre opinar sobre el trabajo de otros. Pero a eso, los profes ya estamos acostumbrados; ser docente es como entrar en Gran Hermano, si entras, sabes que te van a criticar, que tu "concurso" va a ser juzgado. Los profesores, como todo hijo de vecino, nos equivocamos, pero siempre hacemos lo que creemos que es mejor para nuestros alumnos. Eso, todo tengo que decirlo, no nos lo niega nadie.

En estos momentos, los profesores estamos en medio de las familias y la Administración. Por un lado, esta última nos requiere dar parte de los contenidos que estamos trabajando. Veo lógico que haya que rendir cuentas a inspección, pero quizás ahora eso no sea lo prioritario. Por otro lado, las familias están expectantes, deseosas de recibir información sobre las materias y el futuro del curso, una información que aun no podemos darles. Y en el medio estamos los profesores, reprogramando nuestras clases, intentando sortear los obstáculos de la era digital y corroborando que, desgraciadamente, a este nivel existen desigualdades.

¿Cual es entonces la manera idónea de proceder en este caso? ¿Avanzar en el temario dejando atrás al alumnado que no dispone de medios informáticos o poner punto y aparte a nuestra programación impidiendo que los que quieran aprender avancen? Porque si ya es difícil atender a las necesidades individuales de cada alumno/a en el aula, hacerlo a través de Internet, sin poder mirarlos a los ojos, es practicamente imposible. Lo único  que podemos hacer es probar distintas estrategias y ver como la mayoría responde. Porque hagamos lo que hagamos, nada sustituye el contacto alumno-profesor.

Recuerdo que cuando estudiaba y me ponía frente a un determinado tema, si había asistido a clase, si había escuchado atentamente la explicación del profesor, apenas tardaba en memorizarlo. Era abrir los apuntes y se obraba la magia. La magia de aquel/aquella que había hecho hincapié en los aspectos más importantes, que había desgranado el contenido en pequeñas partes y que, fruto de su sabiduría y experiencia, había anticipado aquellos aspectos que nos iban a resultar más complicados. Es por eso que creo que por muchos videotutoriales que haya en Youtube, ninguno es mejor que el profesor que te conoce, que sabe de tus capacidades y que a diario está a tu lado.

Comentarios

Entradas populares