Pesadilla antes de Navidad

Tomo el título de la película de Tim Burton, para recrear la vida escolar en la semana previa a la Navidad. El alumnado ya está evaluado, las notas entregadas. Dile tú a los chavales que mientras no dan las vacaciones, hay que seguir trabajando. De nada vale intentar convencerlos de que la segunda evaluación es muy corta y el tiempo hay que aprovecharlo. Ellos se toman muy en serio el "carpe diem", ya habrá tiempo de agobiarse la víspera de los exámenes. Una vez recibido el boletín, lo único que quieren es ensayar los villancicos del festival navideño, en bucle durante las seis horas de clase.

Hablando de festivales navideños, cabe distinguir entre el alumnado de Infantil-Primaria y el de Secundaria. Mientras que los primeros esperan ilusionados que llegue el momento, preparan su atuendo semanas antes y torturan a padres y profes, repitiendo canciones y coreografías de forma vehemente; los segundos no se ponen de acuerdo en qué canción escoger, ni en la vestimenta a utilizar, ni en el hecho de cantar o bailar. La vergüenza es soberana en asuntos adolescentes y el cambio de voz a algunos, le juega malas pasadas.

El espíritu navideño se adueña del colegio. La sala de profesores se convierte en el plató de Sálvame; rebosante de bombones y polvorones enviados por el AMPA y las editoriales. La pelea con la báscula empieza cada vez antes, hay que ir entrenando el estómago para las Navidades. Los maestros de Infantil reciben obsequios de los padres, los de Secundaria nos contentamos con que, a pesar de todo, nos deseen un feliz año. Por los pasillos, hay duendes, renos y elfos disfrazados; y los villancicos que no falten. En la puerta de entrada, en el salón de actos, en la biblioteca, en el comedor, en audiovisuales, en todas las aulas. Y en tu cabeza, retumban las campanas.
 
Y llega el ansiado último día, la puesta de largo: el festival. Las familias de los más pequeños abarrotan el salón de actos, móviles en mano para viralizar la actuación de sus vástagos. Para los padres, ese día es obligado en el trabajo, han de ovacionar a sus enanos por semejante esfuerzo coreográfico. Y es que no hay público más agradecido que las familias de Infantil-Primaria. En el caso de Secundaria, una sucesión de villancicos más o menos afinados tendrá lugar en el escenario, donde no faltarán hits como Feliz Navidad, Los peces en el río, El burrito sabanero o alguna versión 2.0 dedicada a los profesores al estilo de las "cantigas de escarnio".

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