Alternativas docentes en tiempos de COVID

A un mes de la vuelta al cole, la incertidumbre en la comunidad educativa es total a causa de la pandemia. Tras un final de curso atípico, uno nuevo está a punto de empezar en ausencia de una normativa sólida que garantice la seguridad de alumnado y profesorado. Y es que el sector educativo, como otros tantos basados en la relación persona a persona, están sufriendo las graves consecuencias de la crisis sanitaria. Por este motivo, las opciones de trabajo del profesorado se han visto claramente mermadas. Analicemos los distintos sectores educativos al margen de la función pública y sus dificultades de cara al próximo curso. 

En primer lugar, estarían los colegios privados-concertados. Ante la perspectiva de tener que combinar enseñanza presencial y telemática en el próximo curso, estos colegios optarían por ampliar jornada a los profesores en nómina en lugar de contratar más personal para asumir la docencia de las distintas asignaturas. Además, muchos centros se han visto obligados a realizar reformas para cumplir con las medidas sanitarias, reduciéndose así los presupuestos para contratación. Por este motivo, resultaría difícil hacerse un hueco en el equipo docente de estos centros durante el próximo curso.

En segundo lugar, estarían las academias. Muchas de ellas han tenido que cerrar a causa de la crisis y las que subsisten, lo hacen con el personal justo. La respuesta más repetida es "lo siento, pero dadas las circunstancias, no podemos ofrecerte un puesto de trabajo". Las academias, cuyos locales suelen ser  reducidos, se enfrentan a un gran desafío para poder mantener la distancia de seguridad en las aulas. Algunas se plantean pasarse a la docencia on line, muchas penden de un hilo, a la espera de lo que ocurra el próximo curso.

En tercer lugar, estarían las clases particulares. En este sector, se trataría de vencer la resistencia de muchas familias a abrir las puertas de su hogar a un extraño, con los riesgos que esto conlleva. Impartir particulares a distancia y explicar ecuaciones con la mascarilla puesta sin poder tocar siquiera la libreta del alumno, me parecen tareas fáciles para un superhéroe pero no para un profesor normal y corriente. 

La alternativa a estas opciones, sería por tanto la docencia on line. Son muchos los profesores que, por su propia cuenta, se han hecho famosos en Youtube, haciendo de sus vídeos una forma de subsistencia. Por otra parte, son abundantes las ofertas de empresas dedicadas a la teleformación, cuyos anuncios proliferan en portales como LinkedIn, Infojobs o Infoempleo. Estas empresas reclutan profesorado para sus cursos virtuales, lo que actualmente constituiría una opción viable para profesores desempleados.

Por último y no menos importante, estaría la opción del voluntariado educativo, ya sea en tu propia ciudad o en el extranjero. Obviamente, se trata de una actividad no remunerada, que posiblemente habría que combinar con otra fuente de ingresos. En portales como hacesfalta.org, se pueden encontrar diversas ofertas de voluntariado internacional en el ámbito educativo. Esta opción estaría condicionada a las restricciones de viajes a causa de la pandemia, pero, sin lugar a dudas, podría ser la más gratificante a nivel personal. 

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