lunes, 30 de septiembre de 2019

Factor de convicción

Una de las tareas más difíciles a las que se enfrenta el profesor de Física y Química en los primeros cursos de la ESO es la enseñanza de los factores de conversión. El cambio de unidades, que se seguirá practicando hasta obtener el graduado de ESO, es un desafío titánico para el alumnado que con doce o trece años, empieza a desarrollar el pensamiento abstracto. La reacción base incluye caras de estupefacción y gritos de "no lo entiendo".

El primer paso es el repaso del sistema métrico decimal estudiado en Primaria, la famosa escalera. Si bajo, multiplico y si subo, divido. A esto, hay que sumar el recordatorio de que las unidades de superficie van de 100 en 100 y las de volumen de 1000 en 1000. El factor de conversión se presenta como una fracción (monstruo de tres cabezas), con numerador y denominador. No estará de más recordar que el numerador es el de arriba y el denominador el de abajo. Lo más importante en estos casos es no subestimar la capacidad de borrado/reseteado del verano. 

Continuaremos matizando que una magnitud está definida por un número y una unidad y que, a diferencia de las matemáticas, empezaremos por transformar las unidades. Primer paso, pensar cual es la unidad del SI. Segundo paso, pensar que unidad es más grande (por ejemplo, el quilogramo o el gramo). Tercer paso, colocar la fracción a conveniencia para poder eliminar la unidad del numerador y escribir la equivalencia (lo que está arriba, abajo y lo que está abajo, arriba). Cuarto paso, repetir el paso anterior con la unidad del denominador. Quinto y último paso, operar los números.

Esta secuencia, que puede parecer sencilla, se convierte en un intenso quebradero de cabeza para niños y padres. Unidades descolocadas, errores al operar; alumnos que se empeñan en ir por el camino más difícil, partiendo de la unidad que es menor. El profesor tirándose de los pelos y desgarrándose la voz, teniendo pesadillas con el dichoso factor de conversión, esperanzado únicamente por el hecho de que una vez aprendido, jamás es olvidado. Todo el mundo a la pizarra y las repeticiones que hagan falta. Es ya una cuestión de orgullo... FACTOR DE CONVICCIÓN.

jueves, 19 de septiembre de 2019

Las primeras impresiones

Que hay una brecha enorme entre la teoría y la práctica, todos lo sabemos. Y que la experiencia es un grado, también. El profesor novato, sin embargo, es un idealista, que haciendo caso de las actuales corrientes pedagógicas, intentará dar confianza al alumnado para instaurar el diálogo de "tú a tú" como método de aprendizaje. El joven entusiasta se dará cuenta enseguida que este sistema es difícil de implantar y descubrirá con asombro que, tratando con adolescentes, la única forma de lograr el orden en clase es a través del miedo, que para ellos es sinónimo de respeto.

Las últimas investigaciones en materia de Educación dicen que la mejor manera de atraer la atención de nuestro alumnado es partir de sus intereses; esforzarse por conocerlos y tener en cuenta su opinión sobre el desarrollo de la asignatura. Por este motivo, el profesor de primer año dedicará las clases iniciales a conocer a su alumnado y les dará espacio para manifestar sus inquietudes sobre la materia. Pronto descubrirá que tal ejercicio de confianza, se volverá en su contra: gran parte de los adolescentes desconocen donde están los límites y con frecuencia olvidan cual es su posición, creyéndose con el derecho de decirle a los adultos, en este caso, profesores, lo que tienen que hacer.

Con esta lección aprendida, el profesor de segundo año empezará el curso enumerando las normas de la asignatura. La presunción de inocencia desaparece y la política que se aplica es la de "todo el mundo es culpable, hasta que se demuestre lo contrario". Es triste que haya que empezar amenazando, pero la actitud empática del primer año parece haber fracasado. Las ayudas por parte del profesor, inicialmente prestadas desde el primer día, se convierten ahora en un premio al buen comportamiento. Es lo que ocurre cuando damos todo al principio, que la gente se olvida de valorarlo. La cosa cambia cuando se pasa de tenerlo todo a tener que ganárselo.

La Educación ha cambiado mucho en los últimos años; aun así, es curioso descubrir que los métodos de antaño siguen funcionando. Encontrar el equilibrio entre la disciplina y el diálogo en la docencia no es tarea fácil. Un profesor que atemoriza a la clase mantiene el orden con un solo guiño de ojo, pero a cambio, el alumnado no se atreve a preguntar o levantar la mano. Por otro lado, un profesor que crea un ambiente distendido para que el alumnado participe, acaba viendo como la clase se va de madre. Supongo que no existe una fórmula mágica al respecto, solo queda seguir experimentando.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

El amor es física y química

La frase no es mía, es de Severo Ochoa. Se la he tomado prestada para utilizarla en este curso y así intentar acercar la materia al mundo adolescente. Y es que Newton puede explicarnos la atracción de los cuerpos y las reacciones químicas son, al fin y al cabo, las que están detrás del primer beso. Como son muchos los prejuicios que el alumnado tiene a la hora de afrontar esta asignatura, el hablar de amor, el cual ocupa la mayor parte de su tiempo, puede ser útil al respecto.

El primer tema del curso es "El conocimiento científico", cuyas fases coinciden con las del enamoramiento. En primer lugar, está la observación de los fenómenos naturales. La vista es el primer sentido que usamos cuando nos fijamos en alguien, ya lo dice la famosa frase "tal persona me entró por los ojos". Cuando nos paramos a observar, la naturaleza nos deleita con su belleza. Tras la observación de las características del sujeto (fenómeno), llega la elaboración de hipótesis: "quizás yo también le guste". Vamos a intentarlo.

La aceptación o refutación de dicha hipótesis dependerá de la fase de experimentación, en la que tiene lugar la recogida de datos. En esta etapa, comprobaremos si la persona corresponde a nuestras miradas, se ríe con nuestros comentarios, nos da likes en redes sociales, etc. En base a los datos recogidos y tras el análisis correspondiente, estaremos en situación de elaborar las conclusiones pertinentes: si la persona se muestra cómplice, es muy probable que le guste; si me ignora, es posible que no sienta lo mismo. Y así avanza la ciencia y los asuntos del corazón. En caso de refutar la hipótesis de partida, no queda otra que seguir experimentando hasta encontrar un resultado satisfactorio.

Convencer al alumnado de la aplicabilidad de las materias de Ciencias a la vida cotidiana es difícil en muchas ocasiones. Los adolescentes no ven sentido a realizar cálculos con fórmulas físicas o aprender la estructura de los átomos. Quizás ayude plantear la Ley de la gravitación universal en términos de pareja o utilizar hormonas como la oxitocina como ejemplo de moléculas importantes. En próximas entregas, os contaré si funciona.


Querido abuelo VII

Querido abuelo, Un nuevo año termina y como tengo por costumbre, me gustaría compartir contigo como evoluciona mi sueño de ser docente. Casu...